lunes, 21 de abril de 2008

A Quique lo tiraron por menos que esto...


Fín del trayecto, Ronald. Se acabó. "Finito". "Bye, bye". 18 de 66 puntos posibles. Lamentable.

El Valencia ayer dio vergüenza sobre el césped de San Mamés. Dio vergüenza por hacer un partido infame, timorato y espeso ante unos "leones" que iban, Caparrós mediante, como verdaderos aviones. Vergüenza porque Koeman pasó más de ochenta minutos refugiado en su banquillo, sin querer mirar el partido. Igual que el condenado a la silla eléctrica que se acurruca en un rincón oscuro de su celda, mientras escucha los pasos en el corredor de la muerte del carcelario que le acompañará en su último viaje. El entrenador valencianista es ahora mismo un cadáver que respira, un técnico que hace tiempo que murió deportivamente y cuyo entierro parece inminente.

Cinco chicharros le cayeron a los ches en Bilbao. Mora estuvo nefasto, infame, con su guitarra tocando "cantaditas" en tres de los goles bilbaínos. La defensa estuvo de traca, especialmente un Raúl Albiol que fue un gigante el miércoles en la final de Copa pero que ayer no tuvo su día. Por cierto, el de Villamarxant era uno de los jugadores más afectados a la conclusión del partido: cosas de ser un valencianista de corazón. El resto del equipo, más de lo mismo: apatía, desgana, falta de concentración y nula capacidad de reacción. Todas ellas facetas que el entrenador debe mejorar y trabajar, y que en el caso de Koeman han pasado a segundo plano desde el mes de noviembre. Total, para qué entrenar la estrategia y la psicología del vestuario cuando puedes hacer ronditos en Paterna, ¿verdad?

Otra de las imágenes lamentables se vio cuando a Koeman le entró la risa tras encajar el 2 a 0. Curioso: a Juan Soler le ocurrió lo mismo tras "palmar" en la primera vuelta, por 0-3, ante el propio Athletic de Bilbao en Mestalla. Todos sabemos lo que pasó después. Incluido Koeman. Es sabido que Salom ha querido "cepillarse" al holandés tras el partido de Murcia, hace quince días. Primero, se le dio de margen hasta el partido frente al Racing: derrota. Luego, hasta la Copa: victoria, pero "Koeman vete ya" por parte de la afición valencianista desplazada a Madrid. Y, por último, hasta el partido de ayer. Y la imagen fue patética, impropia de un equipo que acaba de ganar la Copa del Rey.

La "desición" (echaremos de menos tus patadas al diccionario, Ronald) ya está tomada. La destitución es inminente. Porque parece que, por fín, Soler ha entrado en razón: después de todo, siempre será más barato pagarle seis millones de euros al holandés por despedirle que tener que renunciar a un equipo de primer nivel debido a un descenso a Segunda. Hasta Soler "lo ha captado". Ya era hora, ché.

1 comentario:

www.checheche.net dijo...

¿Pero no era Salom el responsable deportivo? ¿Por qué mencionas a Soler? jijijiji

Little