jueves, 3 de abril de 2008

La dignidad de los impagados


Perder en Almería fue la estocada definitiva, espadazo que atravesó hueso, carne y nervios hasta apuñalar el corazón del levantinismo. El Levante está en Segunda: una noticia que no por esperada es menos dolorosa. De acuerdo: los números, esos que casi siempre están para respaldar opiniones, en esta ocasión son benévolos con el equipo y dejan abierta un pequeñísimo resquicio a la esperanza granota. Pero hay que ser realistas: quedan ocho jornadas, 24 puntos por disputarse, y el Levante cuenta ahora mismo con 19. En el hipotético caso de que los de Di Biasi ganaran todo lo que les queda, llegarían a los 43 puntos... cifra que ni siquiera parece ser suficiente. Sumadle a eso que el Levante debe visitar aún al Madrid en el Bernabéu, ir al Ruiz de Lopera, recibir al Valencia en el Ciutat de Valencia como local... Vamos, lo dicho anteriormente: el Levante está en Segunda.

Lo difícil de interiorizar para un seguidor granota es todo lo que acompaña a un descenso de este tipo, a falta de más de un mes de competición. Esta semana el Consejo de Administración del Levante se reunía para planificar la temporada que viene... en Segunda División. Los jugadores han hecho lo propio: tras abortar la rebelión que tenían previsto llevar a cabo si Villarroel no vendía las acciones (curiosamente, con Gianni de Biasi como cabecilla), algunos de los integrantes de la plantilla han dado la cara tras el palo de Almería. Y sus declaraciones deben de llenar de orgullo a los aficionados granotas... y hacer avergonzar a algún que otro directivo, autodenominado en su día "salvador del Levante".

Juanma Gómez, precisamente uno de los que seguramente no siga el año que viene debido a su buen cartel en Primera, fue el primero en dar la cara tras el partido del fín de semana. Tras ser preguntado por una posible oferta del Rácing, Juanma dejó patente su pundonor y su implicación, al tiempo que lanzaba un aviso a navegantes: "nos conviene acabar bien la temporada". Efectivamente, aquellos jugadores que están completando una temporada más que "dudosa" (se me ocurren media docena de nombres) deberían hacérselo mirar, ya que esa actitud no ayuda mucho a que otros conjuntos de Primera se fijen en ellos como posibles refuerzos cara a la temporada 2008-2009.

Luego fue Pedro León el que ayer salió a ofrecer sus impresiones. El fichaje más caro de la historia del club afirmó que no se le caerían los anillos "si nadie me ficha y me toca jugar en Segunda". El muleño, que no ha gozado de continuidad esta temporada, hizo gala de un discurso similar al que ha sostenido Miguel Ángel este mediodía, quien declaraba que hay que "dejárselo todo en el terreno de juego porque defendemos unos colores".

Dicen que la grandeza de un club puede medirse de tres formas: por sus dirigentes, por la implicación de sus jugadores y por el apoyo de su afición. La lógica dice que una comunión de las tres garantiza el éxito casi de forma matemática. Qué triste es pensar que el Levante anda sobrado de afición y de jugadores "con bemoles" (ojo, y de un entrenador que es un fenómeno)... y debe por el contrario arrastrar una pesada losa en forma de Junta Directiva incompetente e ineficaz. Incapaz siquiera de llevar al día las nóminas de unos jugadores que, una vez más, han demostrado estar muy por encima de los dirigentes que les (im)pagan.

1 comentario:

www.checheche.net dijo...

Apuesto por el italiano como entrenador del Valencia

Litlle