martes, 22 de abril de 2008

Koeman y Miguel Ángel Ruiz, "per l'aire"


Ni siquiera para "katanear" a un entrenador el Valencia CF deja de hacer el ridículo. Ya hablé ayer de Koeman, de su nefasta trayectoria en Liga como técnico valencianista, de su nulo sentido de la vergüenza y de que la decisión de "fumárselo" estaba ya tomada de antemano. Hoy la capital del Turia amanecía triste, con muchos aficionados que seguro ayer no pegaron ojo tras la goleada encajada en Bilbao. Todo lo contrario que hace cuatro días, cuando los motivos para trasnochar eran de pura alegría tras celebrar la séptima Copa del club.

Hoy también amanecía cierto empresario de la construcción con sed de sangre. Juan Soler, tras bajar de la cama y calzarse sus pantuflas, seguramente habrá acudido con parsimonia a su armario empotrado. Allí, tras abrirlo, habrá tomado con mimo su katana japonesa. "Hoy te sacaré a pasear, guapa", le habrá dicho entre susurros el máximo accionista del Valencia. Un par de llamadas, y a las once de la mañana estaban en la sede del club el "cuarteto calavera": Salom, Morera, Mª Jose Claramunt y Jesús Wollstein. Y allí se han pasado la mayor parte del día, seguramente echando unos billares al tiempo que decidían sobre el futuro del Valencia CF.

En la sede del club, cercada por los compañeros de la prensa durante todo el día (gran trabajo, chicos), se han barajado los nombres de Óscar Fernández y Pellegrino como entrenadores del primer equipo. Pero algo ha debido de torcerse (seguramente relacionado con el "affaire" Albelda-Cañizares-Angulo), y por la tarde todas las quinielas apuntaban a Salvador González Marco "Voro", el hasta ahora delegado del equipo, como máximo responsable de la plantilla.



Mientras Voro recibía la llamada de Morera, Ronald Koeman aparecía por la sede del club de la manita de su abogado, para que "le enseñaran la pasta". Tras varios tiras y aflojas, parece que el holandés ha "perdonado" el dinero que debería percibir por la segunda temporada (unos 3 millones de euros, cifra aún sin confirmar), aunque tras su paso por Valencia, haría falta tener poca vergüenza para encima exigir que le pagaran el contrato íntegro... Eso sí, el comunicado con el que se despide el entrenador más infame que ha pasado por la capital del Turia tampoco tiene desperdicio: se va "rajando", y dice que en el VCF ha "ganado una experiencia, pero perdido una ilusión". Sí, tú y los 55.000 que llenan Mestalla cada quince días y salen de allí cabreados. Hace falta tener la cara dura, macho.

Otro que también ha ido "per l'aire" ha sido el hombre, el mito, Miguel Ángel Ruiz. Digo que es mítico porque su papel en la entidad ha sido de cuento, de fábula, de esas leyendas que le cuentan a los niños por la noche: según narran los viejos, había una época en la que Miguel Ángel Ruiz decidía los fichajes y la planificación deportiva del equipo. Pero un buen día llegó un holandés rubio y de buen comer que le quitó todo su poder: desde entonces, M.A.R. vagaba por el club sin ningún cometido ni trabajo concreto. Hoy Soler ha puesto fín a su miseria: Ruiz se lleva su buen dinerito a su casa, acompañado del secretario técnico Antonio Fernández (uno de los mayores "trincadores" que han pasado por el VCF).

Cinco cabezas han rodado esta noche. Koeman, Bakero (muchos argumentan que éste era el verdadero cerebro del tándem holandés-vasco), Tony Bruins (sigue en el aire la pregunta: ¿qué pintaba este buen hombre en el VCF?), Ruiz y Fernández. La sangre ensucia el suelo de un color rojo que, admitámoslo, "hace feo". Ahora es momento de que Voro saque el mocho, y Juan Sánchez (nuevo secretario técnico del club) el cubo con escurridor. Habrá que frotar con fuerza para que no quede rastro alguno de una de las etapas más negras en la historia del valencianismo. Quedan cinco finales, la primera de ellas este fín de semana ante Osasuna. La afición ya se ha movilizado para darle al equipo todo su aliento. La pregunta es si Voro podrá lidiar con un vestuario desmembrado y en el que cada uno va "a su bola". Mi instinto me dice que sí. Total, ganar dos partidos no debe ser tan difícil, ¿no?

Epílogo. El empresario de la construcción cerró la puerta tras él. En la oscuridad del dormitorio, sus ropas negras le ayudaban a fundirse entre las sombras. Tras encender una pequeña lámpara de noche, desenvainó su katana: el filo aún presentaba gotas de sangre color carmesí. Soler lamió con cuidado su arma fetiche: la sangre sabía a Tulipán. Tras sacar un paño blanco de su cómoda, limpió con cuidado su espada, volvió a envainarla y la guardó en su armario. "Ojalá no te tenga que volver a usar", le dijo con cariño. Pero, en su interior... deseaba con todas sus fuerzas que, dentro de un tiempo, las cabezas volvieran a rodar. Porque, inconscientemente, sabía que mientras el ruido de los sablazos distrajera a los aficionados... él estaría a salvo.

4 comentarios:

www.checheche.net dijo...

Se acabó un mito, desaparece el glamour, el trabajo bien hecho... katanean a AF

Liitle

Anónimo dijo...

Sólo faltaría que hubieran dicho aquello de: "Zas, zas, zas, lanzarayos! En fruta lo transformaraaaaaaaaaaaan!"

Un rincón apartado dijo...

Fíjate... salgo en la foto

Paco Garcia Polit dijo...

@JR: ¿Con quién hablabas por el móvil, pillín? ¿Es verdad eso de que los seguratas ni siquiera os dejaban entrar a la sede del club para recargar los móviles?

Me quito el sombrero, Jota. Os pasásteis todo el día allí, con dos cojones. Un saludo!