miércoles, 2 de abril de 2008

Engaño a la holandesa

Puede que parezca el título de una comedia, pero por desgracia para el valencianismo esto no es así. Tras aquel nefasto 1 a 5 frente al Madrid en Mestalla, allá por la jornada 10, y la victoria lograda en el siguiente choque disputado en Son Moix, Ronald Koeman tomaba las riendas de un proyecto que parecía haber perdido su identidad. Después de que Quique fuera "per l'aire" y que Óscar Fernández cumpliera la papeleta transitoria con dignidad, el entrenador tulipán llegaba a la capital del Turia con la vitola de técnico "mediático", curtido en mil batallas como futbolista y con fama de sargento de hierro. Una vuelta después, podemos ya decirlo con todas las de la ley: "Es la hora de las tortas". Bacalá. "Engañifa". "Bluff". Dadle el adjetivo calificativo que más os apetezca, pero una cosa está clara: Koeman es un engaño.

Los números no mienten. 18 puntos de 57 disputados. Sólamente dos triunfos como local en diez partidos disputados en Mestalla, ante rivales de "indudable potencial futbolístico" como son Betis ó Real Murcia. Unas cifras de goles en contra verdaderamente escalofriantes: veintisiete goles encajados por una de las defensas más sólidas del campeonato hasta hace unos meses, y tan sólo 17 goles a favor. Eliminación lamentable y patética de la Liga de Campeones, con "palmadas" tan sonadas como el 0-2 frente al Rosenborg (otro equipo de la élite del panorama futbolístico mundial) o los dos empates a nada cosechados frente a Schalke y Chelsea, con la posibilidad de jugar la UEFA al alcance de la mano. Sólo en la Copa se mantienen números decentes, competición donde el camino ha sido relativamente sencillo (eliminatorias frente a Real Unión, Betis y un Atlético de Madrid que atravesaba su ya típica crisis de principios de año) hasta el duelo a doble partido frente al Barça, en el que el conjunto de Rikjaard dio verdadera lástima.

Del juego mejor no hablamos. "Roko" llegó a Valencia en plan predicador, gritando a los cuatro vientos las excelencias del 4-3-3 que usaba Cruyff en su Dream Team. Sólo hay un problema, Ronald: que ni tú eres Johann Cruyff, ni tienes bajo tus órdenes al Dream Team del nuevo siglo. Tras acumular varias palmadas en su cuenta, el tulipán varió ligeramente su dibujo: un 4-2-3-1 con Villa como único punta nato y con Silva actuando como enganche. Ni por esas, oiga: como se pudo ver frente al Mallorca, al Valencia lo hacen trizas al contragolpe debido a la debilidad de una medular formada por un "tronco" holandés de 23 años y que aún está bastante "verde" (hablo de Maduro, por supuesto), y un mediocentro cuyos años dorados ya pasaron hace tiempo (Baraja). Total, que para ver resultados, resultados de verdad, ha hecho falta que Koeman regresara "a casa", al clásico 4-4-2 de robo y contragolpe que le dio la victoria la semana pasada ante Barcelona y Real Madrid. Qué curioso: el clásico 4-4-2... utilizado por Quique. Y por Benítez. Y por Cúper. Véis por donde voy, ¿no? Si a esto le sumamos las "brillantes" ideas de colocar a Joaquín por la izquierda, a Silva por la derecha, a Arizmendi de lateral diestro, a Caneira de central... Hijo, sólo te falta poner a Mora de delantero centro.

Hablemos del vestuario. Tras la derrota por cero goles a tres frente al Barça en Mestalla, Koeman se "cepilló" de un plumazo a Albelda, Cañizares y Angulo. Unos dicen que por filtrar noticias a la prensa. Otros, que las cabezas de estos tres símbolos rodaron debido a que le hacían la cama descaradamente al holandés. Alguno incluso apuesta por una teoría de la conspiración que pone a Juan Soler como cabeza pensante de la "desición" y a Koeman como mero brazo ejecutor. Sea lo que sea, al final el resultado fue el mismo: un desgaste enorme de la imagen de la entidad y del entrenador, sobretodo a ojos de un sector importante de la afición. Aún estan en nuestras retinas las lágrimas de Albelda el día de su rueda de prensa de despedida, o la infame imagen de Soler y el jugador en los tribunales. Amigo Ronald, te doy un consejo: es muy mala idea "cargarte" a tres de los tíos más respetados de un vestuario y luego pretender que el resto de jugadores ponga el 100% sobre el césped. "Total, en verano mi cabeza será la siguiente", pensará más de uno. Así no se motiva a un vestuario, por mucho que digas que tu labor "no es ser un psicólogo para los jugadores" y que "ellos deben motivarse sólos". Relegando al banquillo a Joaquín, el jugador que ha tirado del equipo en la mayor parte de la temporada, no conseguirás motivarle. Y, desde luego, no esperes que cuando lo saques en el minuto 80 te resuelva el partido en dos jugadas.

¿Y qué hay de la relación de Koeman con la prensa? Decisiones como la de levantar de nuevo el "muro de la vergüenza" en Paterna, aislando a prensa y aficionados valencianistas de los jugadores, han levantado ampollas en más de un sector. Tampoco mola, amigo Ronald, que encares cada comparecencia de prensa como si fuera una guerra abierta entre tú y los medios de comunicación. Medios que, en algunos casos, han sido formales y te han concedido el beneficio de la duda hasta hace apenas un par de semanas. Sin embargo, muchos periódicos, radios y televisiones empiezan a notar que algo huele a podrido en el banquillo del Valencia. Y tus declaraciones altivas y prepotentes, tu chulería, tus frases célebres ("yo he ganado más títulos que todos los que hay en el vestuario")... todo eso no te hace ningún favor. En absoluto.

Las estadísticas negativas, el juego nefasto, un vestuario que parece un polvorín, una guerra sin cuartel contra la prensa... Todo eso daría igual si, al menos, le cayeras bien a la gente. Pero, oh casualidad, el valencianismo ya ha dictado sentencia respecto a tu figura. ¿Recuerdas la pregunta del ninot? Bien: Ronald, ahora mismo tú eres ese ninot... y el valencanismo espera con la antorcha encendida. El único indulto posible es ganar la Copa del Rey y, francamente y tras desmenuzar el juego practicado por el Valencia en las últimas fechas, veo ganar al Getafe de Laudrup como una quimera. Laudrup, ex-jugador al igual que tú, pero que ha sabido adaptarse: adaptarse a los jugadores que le dieron y exprimirlos al máximo; adaptarse a un club modesto y ser el primero en arrimar el hombro; adaptarse a la prensa, a la afición española y a todo aquello necesario para triunfar donde tú estás naufragando irremisiblemente. La actitud de sargento de hierro, de rebelde, de "aquí mando yo" no suele ser bien vista por la gente. A Capello, tras saciar el hambre de títulos del Madrid, le dieron puerta por practicar un juego barraquero. A Quique (sí, ese entrenador que te dejó la "nevera llena" con 21 puntos en nueve jornadas) se lo fumaron por su juego "amarrete" y por caerle mal a un sector de la afición valencianista. No creas que tú eres especial ni diferente a los demás: creeme, "anirás per l'aire". Aunque ganes la Copa. La única duda radica en saber si demostrarás, por primera vez desde que llegaste aquí, ser un hombre de verdad y dimitirás por tu cuenta; o harás "la de Ranieri" y medirás tu profesionalidad con billetes de euro a mansalva.

Por desgracia para el Valencia (y su maltrecha economía), todos sabemos la respuesta.

1 comentario:

www.checheche.net dijo...

A mí me sigue dando la impresión que ya en el día 1 de la era RoKo, Koeman comenzó a arrepentirse de dejar Eindhoven.

Y la riada valencianí, que suele ser despiadada, se ha llevado por delante a uno de los holandeses más torpes que se recuerdan. Aire...

V Molins